¿Alguna vez te ha pasado que debes tomar una decisión importante y solamente te quedas pensando sin llegar a una solución? No te preocupes, es más común de lo que parece; muy probablemente nos ha pasado a todos, ya que diariamente estamos eligiendo entre diversas opciones por más mínimas que sean. Pero, si te sucede muy a menudo y se trata de cosas trascendentes, quizá necesitas algunas técnicas para la toma de decisiones. Si este es tu caso, sigue leyendo, que aquí las encontrarás.
La falta de información en las decisiones importantes
Tomar decisiones no es sencillo en múltiples ocasiones, esto se debe a diversos factores pero por ahora centrémonos en la falta de información. A veces por tener poco conocimiento de las alternativas, o desconocerlas por completo, se complica la elección a causa de la incertidumbre provocada. En este sentido, el primer paso a seguir es hacer una búsqueda rápida para tomar una decisión de manera informada. Esto facilitará el proceso debido a que tendrás mayor conocimiento de cada problemática y opción que se te presente.
Identifica el problema de manera adecuada
Conoce los pormenores del asunto, explora todas sus aristas e identifica bien todos los puntos que debes considerar par la resolución adecuada de la problemática. A partir de tener todo bien identificado es más sencillo resolver el problema. Este paso es muy importante porque ayuda a acotar las alternativas que se te presenta, de tal manera que te quedes solamente con las que dan solución a todo o, por lo menos, a la mayor parte de la situación.
Jerarquiza los problemas
Esto ya es, en sí mismo, una decisión. Ya sea a partir del tiempo que tienes para resolverlos o por su complejidad, es importante jerarquizar los problemas para una mejor toma de decisiones. Compáralos, analízalos y prioriza los que consideres más apremiantes, así comenzarás a dar forma a las soluciones posibles. Quizá parece un tanto obvio, pero es mejor comenzar por esto que estresarse por una mala gestión de problemáticas.
Estudia y compara alternativas
Ya que conoces a profundidad la problemática a resolver, hay que pensar en alternativas. Puedes empezar con una lluvia de ideas (brainstorm) para comenzar a explorar posibles soluciones, compararlas entre ellas y descartar algunas. Cuando ya tengas unas tres o cuatro soluciones que cubran la totalidad o buena parte del problema, es momento de analizarlas, confrontarlas y, también, complementarlas si es necesario.
Procura que tus soluciones sean lógicas, a la vez que creativas (de ser necesario); además, siempre ten en consideración las posibles consecuencias que cada una de las alternativas puedan tener.
Una forma de comparar las alternativas de decisión puede ser evaluar pros y contras de cada una, hacer tablas comparativas, etc. Todo esto te puede ayudar a pensar en el resultado de cada una y, así tomar la mejor decisión.
Tener alternativas siempre ayuda, pues proporcionan un margen de maniobra ante situaciones inesperadas, así que considéralas como planes A, B, C y los que quieras. En otras palabras, así como jerarquizaste tus problemas, es importante que hagas lo mismo con tus posibles soluciones.
A veces se nos plantean dilemas al momento de la toma de decisiones, es decir, tener que elegir entre un u otra opción. No siempre es malo, pero puede ser limitante; procura pensar o buscar una tercera vía de ser necesaria.
Busca consejo
Otra cosa que se puede hacer es buscar consejo. Parece un tanto obvio, pero escuchar otras perspectivas con respecto a un problema puede ayudar a tomar una decisión. Alguien que vea la situación desde fuera puede aportar soluciones que desde cerca es difícil observar. Siempre considera escuchar otras opiniones con respecto a la situación y toma aquello que te sirva para decidir.
Tomar las decisiones con calma
Las decisiones que se toman mientras se está enfadado, triste e incluso feliz o eufórico no siempre son las mejores. Una de las técnicas para la toma de decisiones que más te puede servir es esta. Busca estar en calma, relajado, en un ambiente tranquilo. Esto te permitirá pensar con mayor claridad y analizar las alternativas con la cabeza fría. Tómate tu tiempo si puedes, así podrás aplicar todo lo que te hemos mencionado arriba.
Decide
Ya que conoces técnicas para la toma de decisiones, es momento de aplicarlas. Al haberte informado, evaluado problemas, pedido consejo y planteado soluciones posibles, es hora de decidir. Seguramente será más sencillo, ya que ahora tienes conocimiento del problema, soluciones y posibles consecuencias. Esto implica que tienes más certezas y confianza en tus soluciones, así que ahora podrás tomar mejores decisiones.
Estas técnicas no solamente sirven para problemas cotidianos, sino que también pueden ser aplicadas en el trabajo o en la escuela, ya sea para decidir qué empleo elegir, en qué universidad estudiar o incluso si vale la pena cursar un posgrado, por ponerte algunos ejemplos.
Si sigues estos consejos, te resultará más sencillo tomar decisiones importantes con resultados satisfactorios. Seguramente lo harás excelente.