Cuando escuchas la palabra “habilidades”, seguramente piensas en lo que sabes hacer, como resolver ecuaciones, escribir un ensayo o usar algún programa en la computadora. Pero, ¿sabías que además hay un tipo de habilidades que puedes usar en cualquier parte de tu vida, ya sea en la escuela, el trabajo o hasta con tus amigos? Estas se llaman habilidades transferibles, y son como un superpoder que te acompaña a donde vayas.
¿En qué consisten las habilidades transferibles?
Las habilidades transferibles son esas capacidades que aprendes en un lugar y que puedes usar en otro. Imagina que trabajas en un proyecto de equipo en la escuela: allí desarrollas cosas como organización, comunicación y liderazgo. La buena noticia es que esas mismas habilidades no solo te sirven para sacar un 10 en la tarea, sino también para destacar en tu primer trabajo o incluso para dirigir un equipo de fútbol (¡o cualquier otra cosa!).
¿Por qué son tan importantes?
Las habilidades transferibles son como una navaja suiza: te sirven para todo. Cuando termines la prepa y te enfrentes al mundo laboral o decidas qué estudiar, estas habilidades serán tu mejor carta de presentación.
Por ejemplo:
- Si buscas trabajo: los empleadores aman a las personas que saben comunicarse bien, trabajar en equipo y resolver problemas, más allá de lo que hayan estudiado.
- Si estudias algo nuevo: esas habilidades te ayudarán a adaptarte rápidamente, entender conceptos y conectar con tus compañeros o maestros.
Lo importante de estas habilidades es que te hacen más adaptable. El mundo está cambiando rápido, y probablemente el trabajo que quieras en 10 años aún ni existe. Tener estas herramientas te asegura que puedes aprender lo que venga, adaptarte y no quedarte atrás.
¿Qué son las habilidades laborales transferibles?
Las habilidades laborales transferibles son como esos trucos o habilidades que aprendes y que te sirven para muchas cosas diferentes, sin importar en qué trabajes. Es como cuando aprendes a andar en bicicleta: al principio lo usas para moverte, pero luego te das cuenta de que también te ayuda con el equilibrio o a mantener la calma en situaciones complicadas.
En el trabajo, esas habilidades pueden ser cosas como saber comunicarte bien, trabajar en equipo, resolver problemas, organizarte o manejar tu tiempo. Por ejemplo, si alguna vez ayudaste a planear una fiesta con tus amigos, ahí usaste habilidades transferibles: organizaste cosas, negociaste quién hacía qué y solucionaste problemas cuando algo no salía como esperaban.
Lo bueno de estas habilidades es que te las llevas contigo a cualquier lugar. Si hoy trabajas como cajero y mañana como diseñador, saber tratar con personas o manejar bien tu tiempo te va a ayudar en ambos trabajos. Por eso son súper importantes, porque son tu “mochila de herramientas” que puedes usar en cualquier empleo que elijas.
¿Cuáles son las habilidades transferibles?
Las habilidades transferibles son esas habilidades que puedes usar en diferentes situaciones o trabajos, como si fueran herramientas súper versátiles que llevas en tu mochila. No importa si estás estudiando, trabajando o simplemente ayudando en casa, esas habilidades siempre te sirven.
Ejemplos de las habilidades transferibles
- Comunicación: Saber cómo expresar tus ideas y entender a los demás. Esto aplica tanto para hablar en una presentación como para explicar algo a un amigo.
- Trabajo en equipo: Ser capaz de colaborar con otras personas para lograr un objetivo. Ya sea en un proyecto escolar o en un partido de fútbol, esta habilidad siempre suma puntos.
- Resolución de problemas: Cuando encuentras soluciones creativas o prácticas para un problema, desde arreglar tu laptop hasta planear cómo hacer tarea y estudiar al mismo tiempo.
- Organización: Mantener todo en orden, ya sean tus apuntes, tus horarios o tus tareas. Es como armar un rompecabezas sin perder ninguna pieza.
- Adaptabilidad: Poder ajustarte a los cambios sin entrar en pánico. Por ejemplo, si cambian un proyecto de última hora o hay que aprender algo nuevo en un trabajo.
- Pensamiento crítico: Analizar las cosas antes de tomar una decisión o creer algo. Como cuando investigas bien antes de comprar algo caro.
- Gestión del tiempo: Usar tu tiempo de forma eficiente para no andar corriendo a última hora con las entregas.
- Creatividad. Sacar ideas originales para resolver problemas o hacer algo diferente. ¿Te acuerdas de esa vez que decoraste tu cuarto con cosas recicladas? Eso es creatividad.
- Atención a los detalles. Notar las pequeñas cosas que otros pasan por alto, como corregir una falta de ortografía en un trabajo antes de entregarlo.
- Habilidades tecnológicas. Saber usar programas, apps o herramientas, como hacer presentaciones en PowerPoint, editar un video o manejar Excel (aunque sea básico).
- Empatía. Ponerte en los zapatos de los demás. Por ejemplo, escuchar a un amigo que está triste y tratar de entender cómo se siente.
La idea es que, aunque aprendas estas habilidades en un lugar (como la escuela o jugando videojuegos), te van a servir en cualquier otro lado, incluso en trabajos futuros. Son como las habilidades “todo terreno”.
¿Cómo determinar tus habilidades transferibles?
La buena noticia es que no necesitas algo súper complicado para empezar. Aquí te van unos tips sencillos:
- Apunta a retos nuevos: Únete a un club, participa en concursos o haz algo fuera de tu zona de confort.
- Trabaja en equipo: Cualquier proyecto escolar, deporte o actividad en grupo te ayudará a mejorar.
- Reflexiona sobre lo que aprendes: Después de un proyecto o actividad, piensa: “¿Qué hice bien? ¿Qué podría mejorar?”.
- Sé constante: Practica estas habilidades en diferentes situaciones para hacerlas más fuertes.
Además, puedes seguir los siguientes pasos:
- Piensa en lo que ya haces bien. Pregúntate: ¿Qué cosas se me dan chido? Por ejemplo:
- ¿Eres bueno organizando cosas? (Como cuando planeas la carnita asada con tus amigos).
- ¿Te comunicas súper bien? (Siempre explicas todo claro y directo en los trabajos en equipo).
- ¿Te adaptas rápido? (Aprendiste TikTok más rápido que tus papás).
- Chequea tus actividades diarias. ¿Qué haces en tu día a día que pueda servir en otros lados?
- Haces la tarea y entregas a tiempo (¡puntualidad y responsabilidad!).
- Ayudas a tus amigos con sus problemas (habilidades para resolver conflictos o dar apoyo).
- Piensa en tus experiencias pasadas. Tal vez jugaste en el equipo de fútbol, trabajaste en las vacaciones o simplemente ayudaste en casa. Cada una de esas experiencias te dejó algo útil.Ejemplo: Si jugaste fútbol, aprendiste a trabajar en equipo. Si ayudaste en casa, aprendiste a ser responsable.
- Habla con alguien que te conozca bien
A veces no vemos nuestras propias habilidades, pero alguien más sí. Pregunta a un amigo, familiar o profe: ¿Qué crees que hago bien? Seguro te sorprenderás. - Haz una lista
Escribe todo lo que se te ocurra. No te preocupes si parece poco, lo importante es empezar. Ejemplo:- Trabajo en equipo
- Resolución de problemas
- Comunicación clara
- Aprendo rápido
- Conecta esas habilidades con lo que quieres hacer
Imagina que quieres ser diseñador gráfico. Tal vez no sepas usar Photoshop todavía, pero eres súper creativo y eso ya es una habilidad transferible.
Las habilidades transferibles son tu herramienta secreta para el éxito en cualquier área de tu vida. Son esas cosas que aprendes hoy en la escuela, pero que usarás mañana en el trabajo, en tus relaciones y hasta en tus hobbies. Así que empieza a desarrollarlas desde ya, porque son tu pase VIP para destacar en cualquier cosa que hagas.